EL HOMBRE VERDE
El simbolismo del Hombre Verde de la Naturaleza data de muy antiguo, tal vez de la época celta o antes, esto concerniente a la tradición europea, aunque en tiempos pretèritos lo encontramos también en la India antes de los templos hindús, en Indonesia, en Nepal, fuera y dentro, como protectores de la casa o lugares sagrados.
El Hombre Verde europeo se reconoce porque de su cabeza y de su boca salen ramas de vegetación, símbolo de la fertilidad. Es el espíritu de la floresta, es el protector de la Madre Tierra, representa, así mismo, el ciclo de las estaciones, es la parte masculina de la Naturaleza. Espíritus de los Bosques a los que se podía recurrir para pedir ayuda y que se manifestaban en arroyos, pozos, ciertos árboles y allí dejaban sus regalos. El dios de la gente humilde.
Para los celtas era un dios de la Naturaleza, el dios Cernunnos con cuernos y el cabello semejante a las hojas. Un ejemplo de ello lo encontramos gravado en el caldero de Gundenstrup, hallado en Dinamarca que data del año 100 d. C. En Francia se le conocía como Le Feuillou, en Alemania como Blattqesicht, en Suecia como Näcken.
A partir del Concilio de Trento de 1563, la Iglesia impone unas normas de representación y construcción y dejan de figurar los Hombres Verdes en sus fachadas como motivo de protección, menos en Inglaterra que la tradición continua.
En la literatura medieval una de las leyendas populares de la saga Artúrica era “ Sir Gawain y el Caballero Verde” con toda la intención iniciática en el desarrollo de la novela.
Volviendo a la Inglaterra de los siglos XVI y XVII aparece la celebración de “Jack the Green” el 1 de mayo, donde un hombre es decorado con flores dentro de una gran fiesta, en la cual se baila, se bebe y se come.
Por último hay que tener en cuenta que el verde vegetal simboliza la fuerza creadora de la tierra, la juventud primera o recobrada. También por otro lado, la involución a estados más ingenuos, naturales y primitivos.
Por todo ello, cuando en un cuento popular aparece un Hombre Verde, debemos atender al hecho de que es la propia Naturaleza que nos ofrece una enseñanza, y a la cual debemos respetar. La primera sabiduria para el mundo que va a encontrar el niño en su desarrollo, las primeras lecciones.
Maite Alepuz